Imagina ser la estudiante más joven admitida en el prestigioso Conservatorio de Milán con tan solo 8 años. Así comenzó la asombrosa travesía de Viëtor, una violinista, pianista y compositora que dejó huella en el mundo de la música, abarcando tres continentes a lo largo de su vida.
Vida y Obras de Alba Rosa Viëtor
Nacida en Italia, Alba Rosa no se conformó con las fronteras de su país natal. A los 12 años, emprendió un viaje que la llevaría primero a Uruguay y luego a un tour de aprendizaje musical por Bruselas, Buenos Aires, Viena y finalmente Nueva York. Imagínate cambiar de continente como quien cambia de zapatillas, buscando siempre perfeccionar su arte.
En Bruselas, estudió con César Thomson y más tarde con Otakar Ševčík, dos titanes del violín. Pero no solo se codeó con los grandes en la enseñanza; también compartió escenario con Camille Saint-Saëns, ¡nada menos que en Argentina! ¿Te imaginas estar en ese escenario, compartiendo tu música y aprendiendo de una de las grandes?
Pero Alba Rosa no era solo una intérprete; dentro de ella ardía la pasión por crear. Tras decidir poner fin a su carrera como violinista de concierto, se volcó de lleno a la composición. Su música, llena de emoción y profundidad, rompió barreras y se ganó el aplauso en toda Norteamérica, recibiendo mejores críticas que muchos de sus colegas masculinos.
Su vida personal fue igual de fascinante. Se casó con Jan Fresemann, un empresario holandés y violinista aficionado, en Nueva York en 1919. Juntos, tuvieron dos hijos y vivieron una vida familiar y llena de música, hasta su divorcio en 1940. Alba Rosa nunca dejó que las convenciones de su época dictaran su pasión o su carrera. Después de su divorcio, se unió a la Asociación Nacional de Compositores y Directores Americanos, dejando un vasto legado de obras para orquesta, voz y varios instrumentos solistas.
Cuándo falleció Alba Rosa Viëtor
Después de su muerte en 1979, la música de Alba Rosa Viëtor podría haber quedado en el olvido si no fuera por la dedicación de su hijo por digitalizar sus obras. Su música no era solo notas en un papel; era su voz, su espíritu, transmitiendo estados de ánimo y emociones que resonaban en aquellos afortunados que han podido escucharla.
Una Cita
En la música,
la Melodía es la expresión;
la Armonía es el vestido;
el Ritmo es la disciplina.
Obra Destacada
Mediolanum
Esta obra es un retrato de Milán, la ciudad donde la compositora creció. Representa, en tres movimientos, sus tres edificios característicos.
El primer movimiento, El Castillo, evoca la atmósfera del castillo medieval habitado por los duques de las familias Visconti y Sforza, música marcial y melodías arremolinadas que recuerdan a arpas de los trovadores.
El segundo movimiento, llamado «La Catedral», da vida a la música llena de adornos y ornamentaciones típicas del Duomo di Milano, utilizando los sonidos de la celesta y exaltadas líneas melódicas.
El tercer movimiento, El Estadio, es un verdadero finale. Sus carreras de cuerdas y triunfales vientos evocan las ruinas del Arena de Roma y sus anillos neoclásicos y Arcos del Triunfo que datan de principios del siglo XIX, que todavía hoy continúa albergando eventos deportivos y culturales.
La pieza fue interpretada durante su estreno el 27 de abril de 1952 por la Orquesta Nacional de la Galería de Arte, la audiencia de la época quedó completamente cautivada por la colorida descripción de la obra.
Otras Obras de Alba Rosa Viëtor
Música para piano solo:
- Capriccio (1914): Una obra juvenil que muestra la precocidad de la compositora.
- Gavotte Rococó (1916): Una pieza elegante y virtuosística que recuerda a la música del siglo XVIII.
- Tema Fugato (1916): Una obra contrapuntística que demuestra el dominio técnico de Viëtor.
- Barcarola (Un Jan) (1918): Una pieza melancólica y evocadora inspirada en la canción popular catalana «La Balanguera».
- Allegro Appassionato (1918): Una obra apasionada y dramática que muestra la fuerza expresiva de la compositora.
Música de cámara:
- Quintetto En La Minore (1940): Una obra compleja y ambiciosa que refleja la influencia de la música de Béla Bartók.
- Intermezzo (1952): Una pieza breve y ligera para quinteto de cuerda.
- Vespre Bell (1956): Una obra para carillón que evoca el sonido de las campanas de la iglesia.
- Repics a Crepuscle (1956): Una dúo para violín y viola que explora diferentes sonoridades.
Obras para orquesta:
- Sinfonietta (1959): Una obra en tres movimientos que muestra la madurez musical de Viëtor.
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