Amy Beach nació el 5 de septiembre de 1867 en Henniker, Nuevo Hampshire. Con tan solo un año, Amy ya tarareaba melodías con precisión, y a los cuatro, comenzó a componer sus primeras piezas para piano, mostrando un oído absoluto y sinestesia, lo que le permitía asociar colores a cada tonalidad.
Vida y Obras de Amy Beach
A pesar de la resistencia inicial de su madre, Amy recibió apoyo de su tía y pronto comenzó su educación formal en música, tocando obras de grandes compositores como Händel, Mozart, Mendelssohn, Beethoven, y Chopin a una edad muy temprana. Sus habilidades la llevaron a dar recitales y atraer la atención de productores y la sociedad musical. Sin embargo, su familia optó por una educación musical privada y selectiva, evitando los conservatorios europeos y limitando sus presentaciones públicas para protegerla.
En 1883, con 16 años, hizo su debut público en Boston, ganando rápidamente reconocimiento. Su matrimonio en 1885 con el doctor Henry Harris Aubrey Beach, quien prefería que se dedicara más a la composición que a actuar en público, no impidió que Amy continuara su carrera musical.
Después de la muerte de su esposo, Amy viajó a Europa, donde su música fue muy bien recibida, consolidando su fama internacional. Regresó a Estados Unidos al estallar la Primera Guerra Mundial y continuó su trabajo como compositora, escribiendo obras significativas y participando activamente en la promoción de la música de mujeres compositoras.
A lo largo de su vida, compuso más de 300 obras, incluyendo la aclamada «Gaelic Symphony», la primera sinfonía compuesta e interpretada por una mujer estadounidense, que recibió gran reconocimiento tanto en Estados Unidos como en Europa.
Cuándo falleció Amy Beach
Beach murió el 27 de diciembre de 1944. Su legado incluye desde música para piano solo hasta obras corales y orquestales. Pionera en el mundo de la música clásica, superó las barreras de género de su época y demostró que las mujeres podían tener éxito en un dominio tradicionalmente masculino.
Una Cita
La música es la expresión suprema de la experiencia de vida, y la mujer, por la misma naturaleza de su posición, se ve privada de muchas de las experiencias que colorean la vida del hombre.
Obra Destacada
Sinfonía Gaélica
Es una obra maestra que fusiona las melodías tradicionales celtas con la estructura clásica de una sinfonía. Compuesta en 1894, esta pieza marcó un hito al ser la primera sinfonía de una mujer estadounidense.
Con cuatro movimientos, la sinfonía navega por emociones y paisajes musicales variados, desde el dramatismo romántico hasta la alegría y el misticismo de las tierras celtas. Muestra el talento único de Beach para integrar la música folclórica en el canon clásico.
El primer movimiento, Allegro con fuoco, comienza con un rumor cromático bajo en las cuerdas que proporciona la base sobre la cual se construye la melodía romántica. Evoca una tormenta en el mar, luego introduce una danza irlandesa antes de volver al drama
En el segundo movimiento, Alla siciliana – allegro vivace, se mezclan melodías celtas con un tono juguetón.
El tercero, Lento con molto espressione, profundiza en las emociones con una mezcla de melancolía y nostalgia
El último movimiento, Allegro di molto, cierra con una nota triunfal, celebrando la vida y cultura celta.
Otras Obras de Amy Beach
- Trio Nº 2 pour violon, violoncelle et piano»
- Op.34 y las obras para piano, «Les Sylvains»
- Op.60, «Arabesque»
- Op.61, «Six Romances sans paroles»
- Op.76, «Théme varié»
- Op.89, «Poème provençal»
- Op.127, «Romance»
- Op.137
- «Nocturne» Op.165.
Libro de Compositoras Clásicas
Adéntrate en las vidas de quince mujeres que desafiaron las normas de su época para dejar su marca en la composición musical.
Descubre sus luchas, triunfos y las obras maestras que crearon. Desde la voz y composiciones de Francesca Caccini hasta la música de Clara Schumann y las melodías de Lili Boulanger, cada una dejó una huella en la historia de la Música Clásica.
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