En el vibrante París de 1665, nació una niña destinada a dejar una huella indeleble en el mundo de la música clásica. Con apenas cinco años, su destreza con el clavicémbalo y su precoz talento para la composición la distinguieron, ganándose el cariñoso apodo de «La pequeña Maravilla».
Vida y Obras de Elisabeth Jacquet de la Guerre
Su talento cruzó rápidamente fronteras, capturando la atención del mismísimo Luis XIV. Admirado por su habilidad, el Rey Sol no tardó en invitarla a unirse a la corte. Allí, rodeada por la élite cultural y política de Francia, Élisabeth no solo perfeccionó su arte bajo la tutela de maestros renombrados, sino que también absorbió la riqueza de la vida cortesana, que más tarde influiría en su música.
Una anécdota que refleja su ingenio y maestría tuvo lugar en Versalles, donde fue retada a improvisar en el clavicémbalo un tema propuesto por el rey. Su interpretación fue tan excepcional , que dejó a la corte boquiabierta, reafirmando su estatus de «La Petite Merville».
Con el tiempo, Élisabeth trascendió su rol de intérprete para convertirse en una de las compositoras más innovadoras de su época. Su catálogo abarca desde cantatas y piezas de clavicémbalo hasta sonatas para violín y óperas, destacando por su complejidad y emotividad. “Céphale et Procris», su ópera, marcó un hito al ser una de las primeras óperas francesas creadas por una mujer, desafiando las normas de su tiempo.
En 1687, Élisabeth hizo historia una vez más al publicar su libro de piezas para clavicémbalo, convirtiéndose en una de las primeras mujeres en Francia en lograrlo. Su música, caracterizada por su riqueza armónica y su expresividad, fue reconocida por críticos y colegas, incluido el rey, quien le concedió una pensión por su extraordinaria contribución a la música.
Cuándo falleció Elisabeth Jacquet de la Guerre
La vida de Élisabeth estuvo plagada de triunfos y adversidades. A pesar de la trágica pérdida de su esposo y su hijo, mantuvo su pasión por la música, continuando con su trabajo hasta su fallecimiento en 1729. Su perseverancia y dedicación dejaron un legado que aún resuena en la actualidad.
Una Cita
Las canciones que no expresan lo que se canta, solo pueden desagradar a aquellos cuyo gusto está en armonía con el sentido común.
Obra Destacada
Céphale et Procris
Acto I: Procris, hija del rey de Atenas, se regocija junto a sus confidentes por unirse en matrimonio con Céfalo. Pero Bóreas, hijo de la diosa Aurora y rey de los tracios, quiere casarse con la bella Procris.
Acto II: Los amantes se someten a la decisión de los dioses a regañadientes. Aurora ordena a los céfiros llevarse a Céfalo, y confiesa a su confidente Iphis que, en realidad, es ella quien está detrás de su destino.
Acto III: Aurora, enamorada de Céfalo, le hace creer en la infidelidad de Procris. Pero él permanece inconsolable, incluso cuando Iphis intenta seducirle.
Acto IV: Aurora decide entonces precipitar a Procris al infierno, enfrentándose a los Celos, la Rabia y la Desesperación. Procris decide rechazar a Céfalo y acepta casarse con Bóreas. Sola, declara que prefiere morir.
Acto V: Aurora, conmovida por la desesperación de Procris, decide concederles la felicidad. Pero Céfalo, al intentar expulsar a Bóreas con un lanzamiento de jabalina, hiere accidentalmente a su amada. Ella muere en sus brazos, haciéndole prometer que no intentará seguirla, pero Céfalo decide unirse a ella en el infierno.
Otras Obras de Elisabeth Jacquet de la Guerre
En 1685, Elisabeth de la Guerre logró que presentaran su primer trabajo, un ballet con algunas partes cantadas llamado Les jeux à l´honneur de la victoire. Resultó ser un éxito y hasta el rey le pidió más de sus obras. En 1687, empezó a escribir música para el clavicémbalo, y en 1694, la Real Academia de Música estrenó su ópera Céphale et Procris, que fue muy popular y tuvo éxito por un buen rato.
Entre 1696 y 1698, compuso su Trio sonate y algunas arias. Lamentablemente, su esposo murió en 1704, pero con el apoyo del rey y sus amigos, ella siguió escribiendo. Publicó más obras importantes como Pièces de clavecin y Sonates pour le violon et pour le clavecin en 1707, y el primer libro de cantatas en francés en 1708. Además, continuó componiendo largas cantatas como Esther, Le passage de la mer Rouge, entre otras.
Libro de Compositoras Clásicas
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